Red Nails

martes, 12 de abril de 2011

Me gustan las películas de heroínas. Las películas donde la protagonista se sobrepone a sus calamidades, donde se ríe finalmente de su desgracia y donde se burla con una gran frase o una gran sonrisa de la vida.

Porque por suerte o por desgracia solamente tenemos una vida; una sóla para poder disfrutarla, una sola para reirse de ella, una sola para en definitiva, vivirla con intensidad.

Más de una vez hemos pensado, pues somos humanos y mortales, que no merece vivirla, hemos pensado en arrojar la toalla, en dejar que la corriente nos arrastre. No es difícil perder el timón de nuestras vidas, lo complicado es volver a encauzar el barco cuando hemos perdido el rumbo.
Pero es bien cierto, que no hay problema que no podemos solucionar. La frase: "nos creemos dioses" siempre me ha asqueado bastante. Tiene cierto rintintín juedo-cristiano y eso no me gusta. Uno mismo es el dios de su vida, el capitán, el que logra superar la tormenta y volver con un enorme calamar bajo el brazo.

Estamos tan asqueados de la rutina, de la monotonía, tan sobreprotegidos que se nos olvida respirar. Se nos olvida que hay estrofas más allá de coger el metro cada mañana, de la crisis, del agobio. No sabemos disfrutar lo que tenemos, y lo peor es que si perdemos lo que nos hace sonreír seguramente pensemos: "Quizás me lo merecía". No, no te lo merecías, pero no hiciste nada por mantener la sonrisa, te mataste en vida, no te lo tomaste con alegría.

Seguramente si viviésemos cada día como el último de nuestra existencia, acabaríamos agotados, sin fuerza y con ganas de echarnos a dormir y no levantarnos en 3 días.
Pero yo creo, que merece la pena descansar esos 3 días, y disfrutar de nuevo el cuarto como si fuese el último.

Soy una persona a la que le gusta estar sola, no confundir con soledad. Hoy no están mis padres en casa, se han ido a pasar el día fuera.
Me gustan los días así, porque puedo estar pendiente de mi, de nutrir mi alma como yo digo. De sentarme en el patio con el sol y beber un poco de vino, de leer un poema, de ver películas y reflexionar luego. Hacer ese tipo de cosas que te hacen sonreír.

Estamos dilapidados por un montón de superficialidad que no nos deja ver la luz del sol. Y ahora que viene el buen tiempo, seamos como los caracoles que salen en los días de lluvia; salgamos a respirar; como ellas.





0 comentarios:

Publicar un comentario