La Escuela Musical Takarazuka

martes, 28 de junio de 2011

Todos los miembros que actúan en la compañía, se han graduado en la Takarazuka Music School, que Kobayashi fundó en 1913, para atraer a chicas jóvenes de buena familia y entrenarlas para que supiesen actuar en un escenario.

En aquel momento, apenas había mujeres en Japón que actuasen en escenarios, y la escuela se convirtió en un lugar de referencia que enseñaba a las jóvenes a ser “buenas esposas y buenas madres”, además de enseñarle educación artística. Cómo ya hemos dicho anteriormente, el leitmotiv de la escuela es “ser pura, educada y preciosa”. Actualmente, aunque esta frase tiene unas grandes connotaciones antropológicas y puede parecernos desde un punto de vista occidental algo machista, ejemplifica muy bien el comportamiento y la conducta idealizada de los japoneses.

La escuela empezó a hacerse tan popular, que las familias adineradas y con buena reputación, preparaban los años anteriores a las prueba de acceso a sus hijas, para que fuesen aceptadas. Los exámenes de ingreso incluían desde actuaciones en los escenarios, hasta pruebas vocales y pruebas de ballet clásico.

Más de 1000 chicas solicitan cada año su entrada en la escuela musical, pero solamente 40 o 50 son aceptadas finalmente, así que la competición está asegurada. Además, sólo chicas entre 15 y 18 años pueden presentarse a los exámenes de ingreso. Si son aceptadas, les esperan dos años de entrenamiento estricto, clases de ballet todos los días, baile moderno, baile tradicional japonés, historia musical, historia del teatro, canto, ceremonia del té, clases de inglés, interpretación y etiqueta. Muchas de ellas para poder destacar entre sus compañeras, además de todas las horas de clases semanales, también realizan clases particulares después de la escuela.



Todas las estudiantes llevan uniforme escolar, como la mayoría de estudiantes de escuelas japonesas. El uniforme consistes en una falda larga color gris, a juego con una chaqueta gris, camisa blanca y una corbata roja.

La relación entre las sempai, las más mayores, y las kouhai, las junior o más jovencitas, empieza a forjarse desde el primero día.
Las estudiantes de primer año, limpian cada día la escuela antes y después de las clases, bajo la atenta mirada de las estudiantes de segundo año. No pueden utilizar ningún tipo de aparato eléctrico para limpiar la escuela, solamente sus manos y escobas, mopas, mochos y algunas veces incluso cepillos de dientes para las partes más complicadas y delicadas.
Se ha comentado algunas vez que todas estas prácticas ayudan a llenarte de humildad y la actitud correcta en cada momento, conceptos que adora la sociedad japonesa y que el teatro valora por encima de todo, pues ayuda a las actrices a mantener los pies en la tierra por muy alto que lleguen en su carrera.



Ninguna de las estudiantes puede tener citas, pues entonces estaría incumpliendo una de las normas de la escuela “pureza”, además de que hay un toque de queda en el que las estudiantes deben estar en sus dormitorios antes de las 10 de la noche.
Las estudiantes viven en dormitorios dentro de la misma escuela, a excepciones de aquellas que pueden viajar con facilidad diariamente a sus casas.

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