Imagina que...

lunes, 21 de marzo de 2011

Hay días que no sabes porqué, pero de pronto te sientes melancólica. Tu cuerpo y tu mente se te revelan, entras en un bucle del que sólo puedes salir cuando te marchas a dormir, y todavía me quedan muchas horas para eso.

Así que, he decidido ponerme a hacer una de mis cosas favoritas: mirar cosas bonitas. Dicen que la belleza está en el ojo del que mira, pero hay personas que no tienen esa capacidad de asimilación. Debe ser triste no saber apreciar la belleza que te rodea. No me gustaría vivir una vida así, valga la redundancia.

Algunas imágenes te sacan sonrisas, otras, te recuerdan canciones que un día por casualidad descubriste, aletean en tu imaginario, reinventas caras y mantienes algunas en tu memoria. Son una vía de escape bastante más efectiva que los anti-depresivos o los somníferos.

A veces pienso que debería haber estado en esa época maravillosa donde te ponías de opio hasta las trancas y te bebías la absenta como si fuese agua mineral. Me saldrían las palabras a borbotones, no tendría que pensar una y otra vez en sinónimos para no sonar repetitiva y las imágenes vendrían a mi mente por iniciativa propia, sin tener que buscarlas, simplemente mi mente las crearía, las bordaría, las dibujaría.

Me gusta que la gente se acuerde de mi cuando vislumbran algo que les he explicado: Imaginarme montada en moto sidecar por la campiña inglesa y hacer foto para que yo también me vea en esa panorámica, fotos en los días que llueve e imaginarme que no llevo paraguas.













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